Ejemplo a seguir de “LOS MEJORES MODELOS DE GESTIÓN DE RESIDUOS DEL MUNDO” para salvar nuestra basura.
DIAGNÓSTICO
Se duplicó la basura que generamos, pero se recicla menos que antes. Frente a esto, el gobierno prepara una ley para regular la gestión de los residuos.
PROPUESTA
Mariana Robano es ingeniera especializada en el área ambiental y una de las fundadoras de Reacción, empresa que quiere educar acerca de las tres erres: reducir el consumo, reparar los desechos y reciclar. Según su experiencia, nuestro sistema de residuos tiene entre 10 y 15 años de atraso en comparación a los de Brasil, Argentina, Chile o Colombia. Si hiciéramos la misma comparación con Europa, Estados Unidos o los países escandinavos (líderes en reciclaje), la brecha sería de tres décadas. “El reciclaje es lo último en la cadena del bien”, dice Mariale Ariceta, su socia, y agrega: “Hay muchísimo que podemos hacer antes para que un material en desuso sea plausible de ser reciclable. Para empezar, clasificar entre secos y húmedos. Lo que hay que entender es que la basura no existe: son cosas que están fuera de lugar”.
Para organizar su gestión, los residuos se separan por origen: los domiciliarios y los del comercio e industria. Las intendencias tienen la obligación de hacerse cargo de la basura de los hogares y de negocios chicos cuyos desechos no sean peligrosos. Además, en los departamentos donde se aplica el plan Tu envase sirve (Montevideo, Rocha, Rivera, Maldonado, Flores y Canelones), recolecta los envases de cartón, metal, vidrio y plástico que se colocan en contenedores ubicados en supermercados y centros comerciales. Como aún no sabemos clasificar correctamente, es habitual que se mezcle yerba entre residuos recuperables: esto arruina el 11% del lote.
En el caso de Montevideo, los materiales que se descartan se entierran para relleno sanitario en el vertedero Felipe Cardoso. Los orgánicos se llevan a plantas de compostaje (y luego se utilizan como abono en espacios públicos), y los reciclables se distribuyen en cuatro plantas clasificadoras manejadas por cooperativas de antiguos hurgadores. Se estima que allí se recupera el 40% de los residuos. Tanto Andrada como Federico Baráibar, director ejecutivo de Cempre, creen que la productividad en esas plantas podría ser mejor.
Los materiales recuperados en esta instancia se llevan a depósitos y a plantas de reciclaje. Por lo general estas empresas pagan por los desechos, aunque hay excepciones como la de los laminados y la chatarra electrónica, en que las recicladoras suelen cobrar por recibirlos.
FUENTES