Existe una dicotomía entre las ingerencia del Estado, o intromisión, y el “laisser faire”, que es prácticamente llamarlo estado inexistente. Nos vendieron el verso desde hace décadas de que se iba siempre en el camino de enseñar a pescar y nunca regalar pescados. Combatir la postura-actitud de seres pasivos en su mejor edad activa, convertidos en mesiánicos, y con la gratitud de un Estado paternalista, omnipotente. Obviamente que por muchas décadas pagaremos sus consecuencias. Son prácticas sociales, producción de subjetividad, padres de futuros idénticos: ni ni, reproductores de la pobreza más complicada, destructora de todo lazo social: la pobreza estructural para nada necesariamente ligada a un factor económico, más allá de que en general tienen ciertos lazos de parentesco. Mientras el poder del Estado se infiltra desde chips, cédulas, bancarización, y cosas muy intimas, no existe en la vida íntima más importante: LA PSICOLÓGICA, OBJETO DE TRABAJO DE NOSOTROS LOS PSICÓLOGOS. ¿CONOCEN MUCHOS PSICÓLOGOS PRESIDENTES?, ¿SENADORES, DIPUTADOS, MINISTROS, ETCÉTERA, Y TODOS LOS ETCÉTERAS QUE SE LES OCURRAN QUE SEAN PSICÓLOGOS???
Mientras seguimos décadas y décadas escuchando a la inoperancia hablar de las ¿Instituciones educativas!!!.. dejan de lado el espacio, el intersticio en el que surge el sujeto!!!
No voy a explayarme más que esto… Lleguemos al poder y ahí, más allá de que, con estas líneas está casi todo el eje de trabajo expresada para el que quiera robar ideas con la viveza criolla, obviamente que, nunca las ideas es la misma cuando el que la lleva a cabo esta cabalgando en un caballo enemigo.
Saludos