La situación actual de nuestro Estado dista años luz de una gestión eficaz e eficiente. Estas medidas pueden empezar a ayudar. Lamentablemente vemos que la clase política reiteradamente aumenta gastos en el Estado.
Creo que nuestra idea de Estado de bienestar está generando un deterioro de la activadad real de creación de la riqueza. Y si seguimos así ya nadie podrá pagar sus impuestos.
Por ende, propongo un Estado que lo único que garantice es la Justicia. O sea un Poder Judicial sólido que garantice la libertad. El resto que se encargue el mercado y los individuos buscando su progreso. Obviamente será necesaria una mínima cantidad de funcionarios para la administración pública pero el resto será prescindible.
El Estado actual es insostenible.
Parece ser una noción muy compartida, el inconveniente del peso económico del Estado sobre la Ciudadania, que en buena medida llega a reducir el potencial de desarrollo de la Nación. Más en el punto actual de desarrollo de la convivencia social, no parece posible no contar con normas generales del Estado que mantengan cierto equilibrio para evitar que ciertos colectivos o corporaciones de interés con poder social no dominen a otras con igual derecho. Seguimos fiel a la idea de poseer un Estado operado y controlado por una Ciudadanía Organizada sobre normas Democraticas, y en este punto introducimos la idea de avanzar sobre la fiscalización real de la Ciudadanía sobre los Poderes del Estado Repúblicano Democrático y en particular sobre el Poder Judicial que debe rendir cuentas con responsabilidad de su actuación, sin avasallar su autonomía tecnica pero evitando una supremacía autocratica. Habrá que encontrar los equilibrios
Muy de acuerdo. Parece ser que en la actualidad el Estado a avanzado a regular muchos aspectos en detrimento del avance real de la sociedad. Y lo mas difícil en esto es encontrar la línea que dilimite la injerencia pública. Aspecto que se viene estudiando hace décadas por el liberalismo y sus grados de intervención. Creo fundamental este ejercicio de reflexión para poder vislumbrar y llevar a cabo estas medidas. Y habría que plasmarlas en toda la actividad pública viendo cuando es realmente necesaria la acción pública y cuando ella se convierte en un perjuicio a nivel social. Obviamente que habría aspectos claves en los cuales el Estado debe regular y según entiendo los recoge ya la Constitución. Sin embargo, actualmente la gobernanza pública se encuentra sobredimensionada.